¿Quieren ganar la guerra al crimen organizado?

15 de febrero de 2016

Les sonará absurdo, pero tengo la impresión de que los gobiernos de México y Estados Unidos nunca han deseado ganar la guerra contra el crimen organizado y tampoco se interesan por el costo humano. Lanzo esta hipótesis de trabajo por la pertinaz pasividad con la que tratan la invasión de armas ilegales provenientes de un mercado negro alimentado por Estados Unidos en un 70 por ciento (el resto viene de policías deshonestos y de otros países).

Una prueba que apuntala la hipótesis aparece en las crónicas del enfrentamiento entre la guardia de El Chapo Guzmán y los marinos durante su última captura. El gobierno mexicano no hizo ningún comentario acerca del tipo de armamento que encontró. Por su parte, los medios de comunicación mencionaron el tema sólo de pasada, y cuando lo hicieron fue con imprecisiones. El más certero fue Carlos Loret de Mola quien, en su columna para El Universal, refirió que los marinos encontraron “cuernos de chivo y R-15 […], granadas, tres metralletas Barret calibre .50 y dos lanzacohetes RPG de fabricación rusa”. Le faltaron cifras exactas y erró al calificar como “metralletas” los fusiles de francotirador Barret .50 (en sentido estricto, éstos son armas de guerra, pues se trata de “rifles anti-materiales” diseñados para la destrucción de equipos militares).

 

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